El martes 18 se celebró una rueda de prensa en la que se presentaron las nuevas piezas que se han incorporado a la Fundación. En ella participaron los donantes, el matrimonio Arellano Alonso, José Ramón González (Vicerrector de Relaciones Internacionales y Extensión Universitaria), Amelia Aguado (Directora de la Fundación Arellano Alonso) y Oliva Cachafeiro (Coordinadora de actividades de la Fundación).
La donación está compuesta por un total de 113 obras que pasan a integrar los fondos artísticos de la Universidad de Valladolid y que pertenecen a las distintas colecciones que integran la misma.
Entre ellas figuran pinturas y esculturas contemporáneas (como la de Esther Pizarro), obras orientales (entre las que destaca el conjunto de terracotas chinas que abarcan desde el siglo III hasta el siglo XIX), arte religioso, artes decorativas, mobiliario, arqueología industrial y esculturas africanas. Todas ellas estaban en el palacio de Santa Cruz (aunque no expuestas), pero a partir de ahora, al haber sido donadas, pasan a ser propiedad de la Universidad.
Dentro de todo este conjunto se destacó especialmente, por su singularidad, la donación de dos fetiches africanos que, tanto por su temática como por sus materiales, vienen a completar la colección de terracotas. El primero es un fetiche de clavos Nkissi Nkonde de la cultura Kongo (RDC) de madera y el segundo otro fetiche, en este caso de hierro, perteneciente a la cultura Mumuye de Nigeria. Los fetiches funcionan como intermediarios entre los fieles y los dioses a los que esos dirigen sus peticiones. Su elaboración resulta de la colaboración entre el artesano que lo fabrica y el hechicero que se encarga de dotarle de sus poderes mágicos a través de diversos rituales. Pueden ser utilizados para adivinar, curar o proteger, pero también pueden ser empleados para causar el mal.
En próximas fechas ambas piezas serán expuestas para que puedan ser contempladas por los visitantes, permaneciendo de momento en el almacén de la Fundación.
