Enopinturas: una nueva dimensión del arte

Hace unos días me pasé por la Galería etnográfica del Museo de Arte Africano para descubrir la nueva exposición temporal que estará abierta al público hasta el próximo 23 de abril. Sinceramente, no sabía qué me iba a encontrar, prefería ir con los ojos vendados. Al subir los escalones un cartel rezaba “Enopinturas: crianza visual. Óleo y sedimentos del vino sobre tela”.

 

Como podéis imaginar, el protagonista de esta galería de pinturas no es otro que el vino. La autora, Nora López Millán, que nació en Argentina en 1960, es la responsable de que su experimentación e investigación con el vino haya derivado en una expresión artística increíble. El vino resulta tener unos colores y unas texturas muy diferentes dependiendo de su origen y el tipo de cepa; esto es, precisamente, lo que le convierte en una herramienta tan flexible.

 

El vino resulta ser la base de unas pinturas infinitas, cuya temática es muy variable. Esta conexión neocultural es muy interesante por la región en la que nos encontramos, donde el producto está muy presente en nuestra sociedad. Sin embargo Nora logra que no sea solo un objeto de ingesta, sino que abre otras dimensiones del vino y permite ampliar sus usos: investigación, diálogo, juego…

 

Pero de nuevo hay que hacerse una pregunta ¿Por qué mezclar una exposición temporal basada en el vino en una sala de arte africano? Aunque creamos que el vino es un producto de origen europeo por su antigüedad y la larga tradición vitivinícola, lo cierto es que en el continente africano también se ha producido vino a lo largo de la historia. Junto a los conocidos vinos sudafricanos, se suman diferentes vinos de calidad de países como Burkina Faso, Cabo Verde, Camerún,. Etiopía, Kenia, Madagascar o Senegal.

 

La exposición “Enopinturas: crianza visual” consigue encajar perfectamente en la sala y nos recuerda que más allá de las fronteras el vino es patrimonio universal y que su flexibilidad resulta ser casi infinita. De la copa al cuadro y de la pintura a nuestra mente, que no es sino otra forma de consumir vino.