Viaje 4: Bienvenidos a Maramba

Creo que ha llegado el momento de hablaros un poco sobre lo que hago aquí. Al menos explicaros a qué dedico mis mañanas en Livingstone. Kubuka, la organización con la que trabajo en Zambia, tiene varios proyectos: una granja en la comunidad de Maramba, un proyecto deportivo en Mwandi, un programa de micro-créditos, Zammex, un restaurante que funciona como empresa social y el programa de apadrinamiento.

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De todos ellos yo me dedico a trabajar en dos: la granja y el proyecto deportivo en el que colaboro como entrenador de Rugby de los más pequeños. Pero hoy quiero centrarme tan solo en el proyecto que la ONG ha desarrollado en Maramba, uno de los barrios más grandes (y más empobrecidos) de Livingstone.

Cada mañana, después de desperezarme y bajar de mi litera, me dirijo hacia la granja, de la que me separa un paseo de unos 20-30 minutos (dependiendo de las prisas que tenga). Un paseo que me permite ver la otra cara de la ciudad, lejos de las comodidades de Town (el centro de la ciudad), que está abarrotado de restaurantes, bancos y tiendas. Tampoco se ve ningún muzungu (apelativo con el que se nos conoce a los blancos), que parecen no salir de los límites de sus lodges y de las Cataratas Victoria.

Cuando cruzo las vías del tren dejo esa cara de la Zambia “más desarrollada”, donde a nadie le sorprende ver a un blanco paseando. Pero en Maramba es diferente: cada persona con la que me cruzo y cada niño me saludan, me sonríen y me dan los buenos días. Algunos se paran con curiosidad para preguntarme ¿a dónde vas?, ¿necesitas un taxi?, ¿de dónde eres? Es la cara de Zambia que más me ha enamorado. La de las familias en los porches de sus casas, de los vendedores ambulantes, de los niños jugando en la calle totalmente despreocupados.

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El paseo acaba en la granja de Maramba, donde me esperan Erita, Esther, Beatriz, Philip, Mary y Nbula, que forman un grupo de apoyo a la comunidad, conocido como Home Based Care (HBC). Su principal objetivo es informar a los vecinos sobre temas sanitarios, especialmente el VIH. Aunque actualmente la situación es bastante grave en relación a este tema, las cosas han mejorado en una década. Actualmente, este grupo dirige la granja con el objetivo de sacar el beneficio suficiente para seguir ayudando a su comunidad.

Los cultivos que suelen plantar son tomates, cebollas, pimientos verdes, berenjenas, judías verdes y algunas plantas locales como ocra o impwa. Sin embargo, la propuesta estrella de la granja es el cultivo de setas, cuyo cuidado es bastante sencillo y crecen con rapidez. La idea es proveer a restaurantes y hoteles de la ciudad de forma regular para obtener un beneficio sostenido. El papel de Kubuka aquí es poner los medios para que la granja pueda salir adelante y en un futuro no muy lejano pueda funcionar sin ningún tipo de apoyo, de modo que la organización pueda moverse y empezar proyectos nuevos para ayudar a otras comunidades.

Cuando el reloj marca las 12 retomo el camino de vuelta a la ciudad, cruzo las vías y dejo atrás las sonrisas y los latidos de una Zambia que permanece invisible a los ojos de los muzungus. Menos mal que al día siguiente Maramba seguirá esperandome.