Viaje 1: De los libros a las calles por Pablo Arconada

Hace tres años estaba totalmente perdido. Perdido en el sentido de qué iba a hacer con mi vida. Seguir estudiando, escaparme a Australia, trabajar de teleoperador, jardinero o dependiente… Parece que siempre debemos tener un plan A y, por si acaso, tener veintisiete planes más, uno por cada letra del abecedario. Pues bien, ahí estaba yo, pensando. Pensando hasta que di con África.

Me matriculé en un máster de Relaciones Internacionales y Estudios Africanos. No sabía nada sobre el continente y mis conocimientos se limitaban a la guerra, las injusticias, el hambre y las enfermedades. No tardé en empezar a devorar libros, películas y apuntes; cada frase me abría un mundo nuevo. Durante dos años me dediqué a profundizar en la historia de los pueblos africanos, a entender su cultura y, finalmente, a entender el lugar que África ocupa en el mundo. Con todo aquello en mi cabeza, comencé a escribir sobre el continente con el objetivo de que, como yo, más gente pudiera abrir los ojos y acercarse al universo subsahariano.

Esto era la teoría, lo que estaba en mi cabeza. Pero necesitaba más. Necesitaba ver, oler y sentir. Tanta letra me había bloqueado. Una amiga me comentó que un grupo de españoles se habían establecido en la ciudad de Livingstone, en Zambia, a tan sólo unos kilómetros de las Cataratas Victoria. Su idea era fundar un proyecto de cooperación en dos comunidades empobrecidas de los alrededores: Mwandi y Maramba.

Kubuka es el nombre de este proyecto en el que los locales se han volcado y del que ya forman parte. Sin embargo, esta no es la típica oenegé que nace con el objetivo de quedarse para siempre, de retener a los zambianos bajo la dependencia. El objetivo de la organización es marcharse cuanto antes, por que eso significa que las comunidades habrán logrado seguir adelante. Todo lo que se hace aquí se hace con el apoyo y la colaboración de sus comunidades, que es a quién va dirigido el proyecto. Esto fue lo que me convenció para venir como voluntario.

En los próximos días os explicaré en qué consisten los proyectos que se han desarrollado en Mwandi y en Maramba. Pero este blog es mucho más que unas entradas sobre cooperación. Quiero transmitiros todo lo que veo, oigo y siento, aunque sea a través de cuatro frases. Quiero que mi estancia de tres meses se convierta en una enorme ventana a África por la que entre todo: arte, cultura, sociedad, política, viajes, experiencias y, lo siento, pero no os vais a librar de mi día a día.

Os invito a que vengáis conmigo, a que disfrutéis de África y especialmente de Zambia, a que sintáis el ritmo de sus calles y las voces de su gente. Os invito a compartir mis días. A pasar de la teoría a la práctica.