Viaje 3: Aquí se respira mucha paz por Pablo Arconada

Si de algo me he dado cuenta a lo largo de este mes, es que en Zambia hay mucha paz. Se respira en la calle y se nota en el ambiente. Antes de pisar Zambia, nunca había estado en el África Negra. Había leído durante años libros acerca de las ciudades africanas, he visto series y películas made in África y he escuchado atentamente sus canciones. La imagen que tenía de Livingstone antes de venir era la de una urbe con mucho ruido, vendedores ambulantes gritando a todas horas, humo, sonido de motores, melodías de corte africano… Y estaba totalmente equivocado.

La ciudad colonial de Livingstone fue fundada en 1897 por los británicos, lo que no quiere decir que antes no existieran asentamientos autóctonos. Actualmente la ciudad cuenta con unos 140.000 habitantes y, a pesar de ello, no me ha dado la imagen de una ciudad ruidosa, con el ajetreo típico que caracteriza a otras ciudades en África. Una de las razones puede ser que las dimensiones sean bastante más pequeñas que las grandes ciudades como Lusaka, la capital del país, que cuentan con 1,8 millones de habitantes o Nairobi, por ejemplo, en la que viven unos 4 millones de personas.

1150130_995503320543792_1290749038422239415_nObviamente, hay vendedores ambulantes, mercados al aire libre y coches con motores renqueantes, pero nada de eso tapa la tranquilidad de sus calles. Lo cierto es que Zambia es uno de los países más pacíficos de África, como ya comenté en mi anterior post. Y eso que el contexto regional no ha sido el mejor en épocas pasadas. Zambia hace frontera al norte con la República Democrática del Congo, inmersa en una guerra civil interminable; al oeste convive con Angola y al sur con Mozambique, dos estados que sufrieron sendas guerras por la independencia y, tras ellas, duros enfrentamientos civiles. Por otro lado, Zimbabwe sigue viviendo en una dictadura encabezada por Robert Mugabe, el presidente más longevo del mundo y, más al sur, en Sudáfrica, se vivió hasta 19SONY DSC92 el apartheid, un sistema racista que mantuvo en el poder a la minoría blanca.

¿Pero qué pasó en Zambia durante estas décadas?. La República de Zambia ha sabido mantener la paz interna desde su independencia en 1964. A partir de ese año y hasta 1991, el gobierno estuvo en manos del presidente Kenneth Kaunda, que no permitió la representación de otros partidos políticos. En todos estos años solo existen dos casos de conflicto en suelo zambiano y ambos dirigidos por los regímenes de apartheid de las minorías blancas de Zimbabwe y Sudáfrica. Zambia se había convertido en el principal estado opositor a los estados racistas del África austral y acogía en Lusaka a los cuarteles generales del ANC (el Congreso Nacional Africano
de Mandela) y una base militar del ZAPU (Unión del Pueblo Africano de Zimbabwe). Esto le costó diversos ataques contra la capital en la década de 1980.

Este ha sido el único conato de guerra que Zambia ha sufrido en el siglo XX, y nada que tenga que ver con conflictos civiles. Quizás el carácter de los zambianos haya ayudado en buena medida a mantener la paz de Zambia, un país donde existen 72 etnias, pero que, a diferencia de otros países no representa un problema, sino una oportunidad. La tranquilidad y la paz es algo que caracteriza a la mayoría de los ciudadanos de Zambia, que consiguen transmitirlo en cada conversación.

En las calles de Livingstone hay mucha gente, hay vendedores, comerciantes y turistas. Hay coches, bares y tiendas. Pero nada de eso tapa la melodía de unas notas sosegadas y ese olor a paz perpetua.